Para los seres humanos, nuestros hijos son lo más importante. Cuando los tenemos, pasaremos junto con ellos los primeros años de su vida para criarles, enseñarles y protegerlos. Todo para que se vuelvan adultos funcionales.
Pero los animales funcionan diferente a nosotros. No actúan con nuestra inteligencia sino basado en sus instintos, los cuales están ajenos a cualquier moral. Por eso no debemos juzgar a los animales que abandonan a sus crías.
Y no estamos hablando de abandonarlos al poco tiempo. Sino dejarlos básicamente, al momento de nacer.
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¿Por qué abandonan a sus crías?
Se piensa que el motivo principal detrás de ello es sobrevivencia. Se han adaptado a este modo, porque tienen entre ellos la idea que solo el más fuerte sobrevive. Y esta prueba de vida tan dura comienza al nacer.
Por lo tanto, serán abandonados a la intemperie, contra los depredadores y el clima. Si sobreviven a todo ello, serán miembros fuertes y útiles para la comunidad. Al menos, en términos generales eso se piensa.
Ejemplos de madres que dejan a sus crías recién nacidas.
Los pandas.
El panda es un animal muy popular, considerado bastante adorable y seguramente en internet disfrutarás de sus videos. Pero para algunos podrá parecer una madre muy cruel y dura. En primer lugar, es bastante común que estos osos tengan gemelos.
Pero no se llevará a los dos, sino que escogerá a uno y dejará el otro a su suerte. La razón al parecer es por la falta de bambú en la zona. Para poder darles leche materna, necesita comer mucho y por lo regular no será suficiente para alimentar a dos.
Llevan una vida difícil, incluso hoy en día se encuentran en peligro de extinción.
La serpiente.
Este animal no tiene ni un poco de instinto maternal. De hecho, jamás conoce a sus crías ni pasa tiempo con ellas. Simplemente andará por la vida y dejará los huevos de serpiente en algún lugar, para luego marcharse.
Ellos eclosionarán más adelante y tendrán que valerse por si mismas. Porque lo más probable es que para ese momento, su madre ya se encuentre en un lugar bastante lejano. Afortunadamente, las pequeñas crías son muy capaces de cuidarse solas.
Lagarto.
La reproducción del lagarto es bastante particular, porque se basa más que nada en el volumen. Cuando ponen huevos, ponen los más que sean posibles. Muchos de estos huevos terminarán en el estómago de depredadores.
La idea es que por volumen algunos terminen por sobrevivir a todo ello y nazcan. Pero la madre lagarto no pasará ni un momento cuidando que vaya bien. Dejarán los huevos y se irán para seguir con su vida.
Los conejos.
El abandono de los conejos a sus crías se encuentra muy relacionado a la sobrevivencia igual. Verás, los depredadores para atraparlos los huelen. Incluso desde lejos, por lo que al detectarlos comienza la caza.
Los conejos recién nacidos no poseen ese olor, por lo que la madre se aleja de ellos para evitar llevar a los depredadores junto a sus hijos. Si llega a pasar con ellos minutos al día, pero en general prefiere estar lejos.
Oveja merina.
Esta oveja es muy valorada por toda la lana que puede aprovecharse de ella. Existen incluso grandes criaderos, en donde se ha visto el comportamiento que la madre es selectiva. Si tiene dos hijos, cuidará solo de uno.
El motivo parece ser el miedo instintivo a la falta de alimento. Piensan que no podrán criar a dos, por lo que preferirán concentrarse en uno. Una vez que abandonan a uno de ellos, seguirán adelante y no verán más.
Como se dijo al inicio, no hay que juzgarlos pensando que son malas madres. Son animales, por lo que no se juzgan con la misma moral que nosotros. Su instinto les dicta simplemente que hacer.