La liebre y el conejo son dos especies diferentes de animales, pero es bastante común que la gente tienda a confundirlos. Y es que sus parecidos son razonbles, debido a que ambos pertenecen a la familia de los Leporidae.
Así que ambos tendrán orejas largas, ese peculiar hocico que mueven de manera bastante simpática y su forma en general. Pero existen diferencias notorias que dejan claro que son dos especies diferentes.
Contents
Conocer la diferencia entre conejo y liebre, aspecto por aspecto.
Forma anatómica.
Las liebres tienen cuerpos más delgados, alargados y grandes. También, sus orejas son más altas comparativamente hablando. Eso es gracias a que necesitan cuerpos muy ágiles para poder huir rápidamente de sus adversarios.
En cambio, el conejo es un animal más pequeño, más lento y “regordete”. Por eso muchos los quieren de mascotas. Si bien también son rápidos, no se compara su velocidad. Son más sociables, por lo que es más fácil tratar con ellos.
Tamaño.
El tamaño que alcanzan suele ser una de las principales características diferenciadores. Esto es especialmente notorio cuando son apenas unos cachorros. Y eso podrás notarlo en lo largo de sus orejas.
Cuando nacen las liebres, ya tienen sus orejas completamente desarrolladas, peludas y son los ojos abiertos. Vale la pena señalar también que su periodo de gestación es un poco más largo, de unos 42 días.
Por otra parte, los conejos nacen más inofensivos. Vienen al mundo con los ojos cerrados, son pelo y las orejas recogidas. Su gestación es de un mes, por lo que nacen todavía más vulnerables que la liebre.
Hábitat natural.
Otra diferencia es el lugar donde viven. Los conejos suelen ser más difíciles de ver, porque ellos cavan agujeros, haciendo que su hogar sea debajo del suelo, saliendo para algunas actividades puntuales.
En cambio, las liebres realizan sus madrigueras en la superficie, a nivel del suelo. Esto permite que sea mucho más sencillo verlas corriendo por los campos a simple vista.
Como evitan a sus depredadores.
Otras discordancias entre ambas, es sobre la forma en que ellas terminan por enfrentar el peligro. Ya que ante la amenaza, reaccionan de forma muy diferente.
Un conejo, que como ya se comentó es un animal que vive en madrigueras bajo la tierra, siempre optará por correr a esconderse a ellas, esperando de manera paciente que el depredador de la superficie se vaya.
En cambio, una liebre estará confiada de la potencia de sus patas para huir. Ellas intentarán correr lo más lejos posibles, con la esperanza de no capturadas por el depredador de turno.
Las huellas son diferentes.
Otro factor curioso que las diferencia, y que te ayudará a la hora de rastrearlas, es la huella de su pata. La pata del conejo deja una figura muy parecida a una Y, mientras que la del conejo será muy parecido a la de una L.
El apareamiento.
La forma en que las liebres hacen su cortejo es bastante peculiar. Las hembras, al ser divisadas por el macho, corren lo más rápido posible. Con esto, intentarán determinar si tiene la velocidad adecuada, y por lo tanto, es digno.
Hará que lo persiga incluso por varios kilómetros. Si ella está dispuesta a aceptarlo, se apareará con él. Pero también puede darse el caso de no estar lista, por lo que al ser alcanzada lo recibirá por con una patada.
En cambio, en los conejos es más tranquilo: la hembra se queda tranquila, mientras el macho la olfatea y brinca alrededor. Si es aceptado, podrán aparearse. El proceso es bastante corto, pues suele durar alrededor de unos 15 segundos.
En este video podrás ver un curioso video de una danza de apariamiento vista entre unas liebres, que permite ver que no simplemente corren detrás, sino también tienen su momento de «enamoramiento»
Como ves, existen varias diferencias marcadas. Es verdad que ambos son herbívoros, pertenecen a la familia de los Lagomorfos y, por supuesto, sus largas orejas los hacen llamativos.
Además, en la reproducción suelen dar una gran cantidad de crías. Pero la forma en que viven y algunos cambios en su fisionomía permiten ver las marcadas diferencias entre liebres y conejos.