El olfato de los perros es muy potente y parte esencial de su vida. Es su sentido más desarrollado, de una manera que el ser humano ni siquiera puede compararse. Algo en lo que no podemos competir en lo más mínimo.
Existen muchos datos interesantes acerca de este sentido que vale la pena conocer. Te ayudará a comprender aún más su importancia, así como a entender algunos comportamientos que puede llegar a tener tu mascota.
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Curiosidades del olfato de los perros.
Vamos a comenzar por números, para que te des una idea del desarrollo que tiene a comparación de las personas. Un ser humano posee alrededor de 6 millones de receptores olfativos. En un perro, ese número se eleva a 300 millones de receptores.
Y no solo con la nariz podemos sorprendernos, debes tomar en cuenta que su cerebro también se encuentra preparado para poder aprovechar dichos receptores. En su cerebro, el área destinada para poder oler es 40% más grande que en las personas.
Gracias a esto, el alcance de una persona para poder oler se encuentra alrededor de los 5 centímetros cuadrados; en cambio en los perros, esta distancia puede terminar por extender a los 300 centímetros cuadrados.
Incluso su forma de exhalar es diferente: mientras que en las personas simplemente lo hacemos de frente, ellos tienen lo realizan por unas aberturas a los lados de la nariz. Su diseño permite un flujo de aire mucho más continuo.
Debido a esto, muchísimos olores que para las personas pasan completamente desapercibidos, son claramente distinguidos por los caninos.
Por ejemplo, piensa que vas a jugar con tu perro lanzando la pelota. Y le pides que lo traiga, lo tiras a la distancia y la bola terminará por caer en un montón de pelotas completamente iguales. Algo que confundiría a una persona.
Pero ellos, al depender más de la nariz que de la vista, podrá encontrar perfectamente cuál es la pelota que le lanzaron sin problema. Ya que el olor de su dueño quedó impregnado en el juguete.
¿Un mundo de olores?
Hay una frase que se suele utilizar mucho con los perros y habla que viven en un mundo de olores. Ya que se dice que su sentido de la vista no se encuentra tan desarrollado como el del olfato.
Su dependencia es tal, que por ese motivo en ocasiones podemos terminar por verlo lamer cosas que para nosotros pueden parecer muy desagradables.
La teoría habla que ellos buscan reconocer todo y en su cerebro no existe algo que identifique olores nocivos, al menos no de la misma forma de las personas. En pocas palabras, lo que para nosotros apesta, para ellos será un olor más.
Por ejemplo, para algunas personas siempre va a resultar llamativo que los perros al verse se huelen las colas. Como ya se dijo, para ellos no es un mal olor como para un ser humano sería.
Y en segundo lugar, el motivo es que las glándulas anales le sirven al otro canino para poder tener más datos sobre el perro que acabe de conocer: si se encuentra contento, feliz, ansioso y más información personal.
Su sentido del olfato ha ayudado al ser humano.
Esta cualidad ha ayudado a las personas en muchas formas. Una de las más antiguas es en la cacería, en donde el cazador sale con su mascota y confía en gran parte en donde le lleve su perro para encontrar presas.
Otra muy antigua es utilizada para poder pastores los rebaños. Conocen el olor de las ovejas que pertenecen a su grupo, por lo que puede identificarlas fácilmente, para evitar que se alejen. Además, huele cuando un depredador se acerca.
O por ejemplo, la policía los utiliza para encontrar sustancias ilegales, son entrenados especialmente para poder potenciar esta cualidad. También como rescatistas, para poder encontrar personas en medio de un derrumbe.
Como verás, el olfato de los perros no se limita a simplemente oler, sino que tienen muchas cualidad que son de utilidad para ellos. Y que el ser humano también ha aprovechado en su beneficio con el tiempo.