Es posible que en alguna ocasión hayas escuchado la frase “Perro no come perro”. Este es un refrán muy viejo, que ha estado entre nosotros desde tiempos de la antigua Roma y hasta hoy en día se sigue usando.
Y es que curiosamente, existe una explicación detrás de ello que se refiere precisamente al comportamiento de un animal. Por lo que puedes concluir que hay una observación de la naturaleza detrás de eso.
El origen de la frase perro no come perro.
Con esta frase nos referimos a que un perro no va a comer a otro animal de la misma especie. Y esto terminamos por compararlos con los seres humanos, en donde cada uno desempeña un rol muy distinto.
Entonces, la gente puede llegar a desempeñar una labor en este mundo. En donde puede estar compitiendo con mucha clase de personas, pero una regla no escrita es que jamás debería ir contra alguien igual a él.
Piensa que trabajas de electricista, y si bien tienes competencia, no deberías bajar tus precios demasiado. Porque esto estaría yendo contra las demás personas que tienen tu misma profesión, bajando los precios del mercado en general.
También la frase se puede referir a “humano no come humano”, en donde se habla de forma más general. Que una persona no debería dañar a otra, por principios de moral y respeto a la vida de otras personas.
Ahora bien, según investigaciones realizadas por la universidad de Berkeley, todo parece haberse originado por una observación empírica.
Como ya se estableció, la frase tiene origen en el imperio romano. En donde se pudieron haber observado como los perros no van a comer los restos de otro perro. Al parecer, estos contienen una especie de patógenos que pondrían en peligro su vida.
Por lo tanto, de manera natural pueden saber que comerlo le hará daño. Eso nos deja ver que es simplemente un mecanismo de supervivencia, alejado del pensamiento de algunos que era por respeto.
Es por eso que estos científicos por más de una década (2005-2016), hicieron observaciones para saber si en realidad estos animales podían “oler” estos patógenos. Las pruebas fueron concluyentes, no comen restos de otro semejante.
Este comportamiento se ha visto en perros, pero es compartido por más especies. Como ves, es un dicho popular que tiene una explicación científica. En donde no es que un perro respete, es su simple instinto de supervivencia.
Curiosamente, al ser aplicado a seres humanos y empleos puede pasar lo mismo: al dañar a alguien que trabaja en lo mismo que tú, podría terminar por afectarte de regreso.