Este puede ser para algunos un tema poco agradable, pero es algo que ocurre todo el tiempo. Una de las costumbres más repudiadas por muchas personas es sobre los perros comiendo excremento, algo habitual.
Por supuesto que lo encuentran demasiado desagradable de ver, en cambio para ellos parece ser algo delicioso. Lo comen con una facilidad que a nosotros como personas nos causa cierto asco, ¿Qué pasa?
Contents
¿En serio les gusta comer caca?
Para muchos puede parecer difícil de aceptar, pero es así: lo comen con gusto. Y esto aunque pueda parecernos asqueroso, debemos recordar que su fisionomía es diferente a la de los seres humanos por completo.
No se conoce por completo los motivos por los que lo come, pero lo que si se sabe es que la coprofagia es algo muy común entre los animales. Y de hecho aproximadamente un 25% de los perros realizan este acto.
Por lo que:
- Lo comen porque la textura y sabor que se tiene simplemente les gusta
- Gracias a comerlo, les permite obtener una gran cantidad de información, tanto del entorno como del animal que lo desechó.
- En cierto grado de hambre lo comerán por necesidad. Tal vez no sea su alimento preferido, pero en caso de necesidad es aceptable.
- Por aburrimiento o estrés, en ambos casos son forma de poder calmarse un poco realizando una serie de actividades.
Las madres comen las heces por protección.
Un caso particular son las madres de los cachorros, quienes les lamen para poder dejarlos limpios. Le motivo principal detrás de esto es darles limpieza, lograr evitar que tengan algún tipo de infección por estar sucios.
Pero existe otra razón detrás de ello y es que al limpiarlos permiten ocultar toda clase de olores. Esto sobre todo cuando viven en zonas llenas de posibles depredadores, por lo que de esta forma pueden ocultar a sus pequeños.
¿Y les hace daño?
Es de sentido común pensar que comer heces les puede hacer daño. Como ya se comentó, al menos el 25% de los perros lo comen de manera natural. Y su cuerpo parece estar preparado para poder resistirlo.
Pero tampoco es recomendable que sea parte de su dieta ni mucho menos. Sin embargo, por tomar ciertos remedios o estar enfermo de algo podría cambiar su comportamiento, buscando como aliviarse.
Por lo que si notas un comportamiento extraño, en donde comience a comerlos de manera compulsiva, lo mejor que puedes hacer es llevarlo con el veterinario para una revisión.
Fuera de ello si vas al parque y ves que se come una de repente, es algo completamente normal.