A veces pueden ocurrir problemas en casa que no nos damos cuenta. Y uno de esos es que el pequeño de la casa le tenga miedo a la mascota. Es una situación que está causando estrés al niño y podríamos no habernos percatado.
Ya que en términos generales ha aprendido a tolerar la situación. Pero eso no quiere decir que este a gusto, de hecho se encuentra viviendo con el temor que un día lo ataquen. Eso le hace pasar unos días duros.
Contents
Como detectar que un niño teme a mi mascota.
Puede ser difícil si no prestas atención, pero una vez que comienzas a observar puedes detectar todas esas señales.
Cambia de habitación cuando entra el perro.
Tal vez no lo habías detectado, pero el pequeño prefiere irse de la habitación cuando entra el perro. Puedes pensar que es normal, pero esta demostrando que tiene incomodidad de compartir el mismo espacio con él.
Esto se vuelve más claro cuando lo buscas. Tal vez el pequeño estaba feliz en una habitación, pero al verlo entrar claramente interrumpe su juego y se va. Es un rechazo abierto a permanecer en la misma habitación.
Revisa la mirada que tiene.
Tal vez no haga nada el pequeño, que no se vaya. Pero estará mirando atentamente cualquier acción que realice el animal. Por lo tanto, lo tiene en vigilancia constante de todos los movimientos que haga.
Esto no le permite estar a gusto, no ha huido de la batalla, pero tampoco se encuentra placenteramente. En su casa debería sentirse contento y tranquilo, no vigilando por pensar que será atacado.
Cambia su estado de ánimo a uno negativo.
Hay niños que son más expresivos. Y cuando se encuentre presente el animal, claramente mostrará su desagrado. Puede llorar, ponerse a tartamudear o directamente ponerse de mal humor ante su presencia.
Muchos niños señalarán que es por el animal y nos daremos cuenta. Pero varios simplemente cambiarán de ánimo, por lo que será parte de nuestro deber darnos cuenta que esta pasando algo que no le agrada.
Revisa su cuerpo en búsqueda de mordidas.
Nunca sabemos si en algún momento hubo algún altercado con la mascota. En donde lo haya terminado mordiendo y no nos dimos cuenta. Por lo tanto, el miedo se creó en base a un percance que ya tuvo.
Por eso es bueno revisar el cuerpo en búsqueda de alguna marca. Si la encuentras, probablemente ya diste con la razón de ese miedo. Fue mordido y ahora no quiere tenerlo cerca, por lo que deberás vigilar y tomar medidas.
¿Qué puedo hacer para remediarlo?
Lo primero es establecer comunicación: habla con el pequeño. Si notas que no quiere decir nada, dile que no hay nada malo en tener miedo, que es algo normal. Pero que quieres saber si no te gusta algo de su mascota.
Es buena idea dejarlo hablar y no enseguida intentan invalidar sus razones. Para él son muy importantes, aunque para ti puedan sonar absurdas. Pero en su mundo, son suficientes para tenerle temor.
Puedes intentar explicarle también que si bien el miedo existe, hay que ser valiente. Que todos tenemos miedo a algo de vez en cuando, por lo que no debería tener vergüenza. Probablemente por eso no te había dicho.
Y si bien todas estas recomendaciones te pueden ayudar, lo mejor es acudir con un profesional: un psicólogo infantil. Ya que las razones pueden ser más profundas que esto y solo estamos rascando la superficie.
Por lo que por el bien del pequeño, lo mejor será atenderlo de manera profesional. Nunca sabemos que podríamos encontrar otro problema detrás de ello.