¿Quieres saber si tu gata se encuentra embarazada? Cuando ya tiene varias semanas de gestación, puede ser más sencillo de detectar. Pero en las etapas iniciales puede llegar a dificultarse el saber si se encuentre preñada o no.
Es importante detectar que nuestra gatita va a tener crías, ya que de esta forma podemos cambiar los cuidados que tenemos con ella. Ya que como pasa con todas las especies, si se encuentra encinta va a necesitar varios cuidados especiales.
El tiempo total de gestación de una gata suele durar aproximadamente entre 63 y 67 días. Sin embargo, es común que en las primeras semanas no seamos capaces de detectar signos o señales que muestren esta condición.
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Síntomas de una gata embarazada.
Detectar un embarazo justo al inicio puede llegar a ser una tarea complicada, sobre todo para el ojo inexperto. Eso es porque al menos en las primeras 2 semanas, no notarás algún cambio que sea significativo.
A partir de la tercera o cuarta semana de gestación, comenzarás a notar algunos cambios. Pero no estoy hablando de comenzar a verle el cuerpo más abultado, sino que habrá cambios en el comportamiento cada vez más notorios.
Sin embargo, también habrá cambios físicos, por lo que enlistaremos por separado cada uno.
Cambios de comportamiento.
- Una gata preñada requiere mucha energía para poder llevar la gestación de sus gatitos. Es por eso que se vuelve habitual que aumente el número de horas de sueño que tendrá, por lo que verla dormir todo el día podría ser un signo.
- Se volverá más cariñosa o más agresiva. Aquí viene una especie de extremismo, ya que puede darse la situación que tu gatita se vuelva la más cariñosa del mundo. O por el contrario, no se deje ni siquiera tocar, siendo bastante arisca.
- El vómito y pérdida de apetito pueden suceder. Al igual que pasa con las embarazadas humanas, esta condición causa un aumento de vómitos. Esta condición podría terminar por afectar el apetito que tiene la gatita.
Signos visibles de la gestación.
- Es común que cuando están esperando a un gatito, aumenten su peso. Por lo regular pueden llegar a pesar 1 o 2 kilos más. Esto variará dependiendo del número de gatitos que espera, no forzosamente por haber comido mucho.
- Luego de la primera semana que comenzó la gestación, sus mamas comenzarán a aumentar ligeramente de tamaño. En muchos casos de igual forma comenzará a cambiar de color, a uno más rojizo.
- Vientre abultado a partir de la cuarta semana de gestación. Los cambios físicos comenzarán a ser más notorios, con lo que parece ser una panza cada vez más prominente.
Signos que el parto es inminente.
Es buena idea conocer los principales signos de que el nacimiento de los gatitos está próximo. Esto para que vayas tomando las medidas adecuadas.
- Tu gata podría comenzar a rechazar toda la comida. Y en lugar de estar con su familia, buscará irse a lugares apartados del hogar. Probablemente, está buscando donde instalarse para poder dar a luz.
- Cambiar a un comportamiento más obsesivo, como estarse lamiendo demasiado, maullando de manera incesante o estar demasiado agitada en general.
- Tómale la temperatura, contrario a lo que pudieran algunos pensar, su temperatura descenderá. Un día o media día antes del nacimiento, su temperatura corporal podría bajar a aproximadamente.
- El último signo es cuando comienza con las contracciones y empieza una secreción vaginal. Deberás avisar a tu veterinario si esta secreción es de un color sangre o negro, porque eso quiere decir que algo no está mal.
Consejos durante la gestación.
Hay un par de consejos que son esenciales de tener en cuenta.
Es importante que tu gata tenga todas las vacunas. Y también, estarla llevando al veterinario de manera regular para revisión. Aunque esto no tiene que ser tan estricto, en términos generales no son problemáticas cuando están embarazadas.
A partir de la cuarta o quinta semana de gestación, será necesario cambiar su alimentación. Comienza a darle una cantidad mayor de proteína y caloría habitual. Cambia su comida seca por una con un nivel mayor de nutrientes.
Las gatas pueden parir a sus hijos por si solas, por lo que no es forzoso llevarlas al veterinario para el parto. Pero claro, si tienes los recursos y tiempo, tampoco es una mala idea que pueda asistirla un profesional de la salud.