Aunque cada vez más prohibidas en el mundo, las corridas de toros durante muchos años han sido un espectáculo lamentable. En donde un torero se enfrenta al toro, supuestamente en un acto de valor, pero que es de cobardía.
Y encima de todo, a la fecha existen personas que consideran que en realidad es un deporte. Ahora conocerás nueva opinión al respecto, lo que pensamos que más bien es una tragedia y un acto deleznable.
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Vergüenza llamar a las corridas de toros un deporte.
La tauromaquia en muchos países fue considerado un evento artístico. Y debido a esto era común que el torero viniera ataviado de formas muy elegantes y vistosas. Además de acompañado de música para mejorar el ambiente.
A dichos eventos acudían toda clase de público, que estaban dispuestos a pagar para ver un espectáculo digno del coliseo romano: el ser humano contra la bestia, la fragilidad contra la fortaleza. O eso querían creer.
La realidad es que siempre han sido espectáculos sanguinarios, en donde por lo regular envían a un toro lastimado y cansado, haciendo las cosas fácil al matador. El cual cuenta con armas punzantes para hacerle frente.
Durante muchos años estuvo ligado a la cultura de ciertas regiones, no pocos identifican por ejemplo a España con un torero. O en México, donde también las historias sobre le país eran acompañadas de anécdotas de toros.
Con el paso del tiempo, pasó de lo cultural a lo deportivo. Se considera así porque para ser un torero se requiere cierta condición física, reflejos y valor. Sangre fría podría añadir, pero me desvió del tema.
Por lo tanto, consideran que esos hombres y mujeres que se plantan frente a los toros son deportistas de alto élite. Ya que se encuentran jugándose la vida frente a un animal sedienta de sangre (supuestamente)
Es una matanza y un espectáculo vil.
La realidad es que el torero no es solo el culpable, sino toda la organización alrededor de él. Y además, el público que se encuentra asistiendo a esta clase de sitio. Que parecen sentirse felices al ver al toro sufrir.
Porque lo justifican diciendo que van a ver el traje del torero, la música, el ambiente: pero la realidad es que al centro de atención es una persona con una espada matar a un ser vivo. Así, quitándole los adornos.
La finalidad del deporte debería ser una competencia sana, para sacar lo mejor de nosotros mismos. Pero, ¿Qué competencia hay contra un animal desafortunado, el cual termina por pagar con su vida?
Es un espectáculo infernal ver como el animal bufa, lleno de dolor, mientras el público aclama lleno de alegría. Son momentos donde pierdes la fe en la humanidad, tal como dice la famosa frase.
Afortunadamente, la tauromaquia se sigue prohibiendo cada vez en más lugares. Pero preocupa que en la mente de muchas personas siga siendo un deporte, la misma mentalidad de otros que sienten que la cacería también lo es.
¿Por qué acabar con la vida de otro ser vivo debería ser algo deportivo? Me hace pensar que no hemos evolucionado lo suficiente como civilización.
Es buena noticia que las corridas de toros se estén prohibiendo cada vez más. Pero la lucha sigue, porque esa mentalidad en donde a base del sufrimiento de un animal se pude hacer un espectáculo o un “deporte”, todavía persiste al día de hoy.