Muchas personas recordamos todavía a Freddy Mercury. Es considerado uno de los mejores cantantes de todos los tiempos. Como líder de la banda Queen, sin duda brilló en su momento y esa luz sigue hasta el día de hoy.
Y por si mismo se hizo de una gran fama, independientemente de su relación con Queen. Su dominio del escenario e inconfundible voz lo hicieron un referente de su época. Hasta el día de hoy, su música sigue siendo muy escuchada.
Su herencia sería para sus gatos.
Hay un dato muy divertidos sobre Freddy, que habla sobre como al morir, dejó en su testamento que parte de su herencia se le quedaría a sus gatos.
Según lo aparecido en el libro Freddie Mercury: His Life In His Own Words, dejó claro que parte de su herencia deberían recibirla sus gatos Oscar y Tiffany. El resto sería repartido entre sus padres, hermana, asistentes y la pareja del momento, Jim Hutton.
Sus gatos jamás recibieron la herencia.
Esta historia no tiene un final feliz, o al menos, como Freddy hubiera querido. Según se cuenta, estos gatos siguieron habitante la mansión del exitoso líder de Queen durante muchos años más.
Eso fue hasta que estos gatos pasaron a mejor vida, por lo que puede decirse que sí lograron tener un futuro asegurado.
Sin embargo, no se hizo ningún movimiento como para nombrarlos herederos o dueños de ningún tipo de fortuna. Por lo tanto, no terminaron siendo los gatos más ricos del mundo ni mucho menos.
Esto por supuesto es por diversas implicaciones, ya que no es fácil hacer que un gato sea dueño de una herencia. A fin de cuentas, no son seres humanos, por lo que las entidades bancarias no manejan la propiedad igual que con los humanos.
Pero no deja de ser una anécdota divertida que vale la pena contar.