Estrés térmico en aves: que es, como reconocerlo y evitarlo

El estrés térmico de las aves aparece cuando ven alteradas sus equilibrio fisológico normal, todo gracias a la presencia de estímulos repetidos que terminan por perturbarlos. Su temperatura corporal termina afectada.

Esto es especialmente importante de atender para los criadores de aves, quienes requieren mantener las condiciones al máximo de sus animales. Esto puede afectar su productividad y ser potencialmente mortal.

Consecuencias del estrés térmico en aves.

Las aves poseen una termogulación corporal natural, que les permite tener una temperatura estable. Esto variará dependiendo de las especies, pero por ejemplo en los pollos esto termina por rondar los 41 grados.

Pongo este ejemplo al ser uno de las aves de producción más utilizadas. Al tener en crianza, se debe buscar que la zona en la que se encuentren tengan cierta constancia en su temperatura para evitar problemas.

Pero si sube demasiado la temperatura o baja demasiado, empieza a tener consecuencias. Por lo que pueden verse reducidas sus actividades, tener comportamientos extraños y erráticos, así como una baja en la producción.

¿Cómo reconocer si mi ave tiene estrés por temperatura?

Existen algunos síntomas que pueden ser vistos a simple vista, pero siempre es mejor que sea confirmado por un experto:

• Comienzan a andar más lento y aletargado, como faltos de energía.
• Sus alas pueden terminar por dejarlas extendidas, en lugar de estar en su lugar.
• Pueden aumentar notablemente la cantidad de agua que toman.
• Disminuir el consumo de pienso y otros alimentos.
• Oscurecimiento de la piel, causado por una desviación de la sangre a los órganos internos.
• Las heces lucen mucho más húmedas de lo normal.
• Pueden darse el caso de convulsiones.
• Aumento de la mortalidad, comienzan a morir varios ejemplares.

Todos estos signos pueden ser causados por muchas causas. Pero si has notado que la temperatura ha a su alrededor ha cambiado, es fácil darse cuenta que puede ser esto la causa.

Viene un descenso de la producción.

Como criador de aves, estas condiciones terminan por causar que la producción de huevos disminuya o incluso se detenga por completo. Todo esto es causado ya que su cuerpo entra en modo supervivencia.

Es decir, sus funciones básicas estarán enfocadas en poder sobrevivir, por lo que todo lo que es producción queda en segundo plano. Debemos recordar que este proceso es bastante exigente para el cuerpo del animal.

Incluso si hay producción, este suele ser de menor calidad. Podemos ver por lo tanto un aumento en la producción de huevos rotos, yema de un color poco agradable y en general el producto no es apto para venta.

¿Qué puedo hacer para evitar este estrés?

Aplica una o varias de estas medidas al gallinero o la zona donde tengas tus aves.

• Siempre procura que tengan agua limpia cerca, que puedan servirse con facilidad.
• Que la zona en que se encuentren este ventilado de manera adecuada si hace mucho calor.
• Busca que su zona sea tranquila, lo que evita esos cambios de temperatura por alteraciones como sustos.
• Ajusta la iluminación a una cantidad adecuada, todo dependerá de la temperatura del exterior.
• Ten una densidad poblacional adecuada. Ya que estando caluroso todo, demasiadas gallinas puede ser contraproducente.
• Dales de comer en las horas menos cálidas, lo que permita que al hacer la digestión no sea cuando la temperatura se encuentra en su máximo.
• Coloca aditivos al agua, como pueden ser vitaminas y electrolitos, que les permitan compensar todo lo perdido.

En conclusión, la temperatura puede terminar por afectar en gran medida a las aves. Por lo que deberás de estar pendiente del entorno. Y hacer cambios adecuados a tiempo, sobre todo si notas que el verano se pone muy caliento o el invierno muy crudo.