Los perros pueden llegar a llenarnos de mucha ternura al verlos. Son animales inocentes, que no tienen una pizca de maldad en su corazón. No son como las personas, que pueden tener malos sentimientos.
Es por eso que pueden llegar a despertar la simpatía de muchas personas, ya que lo consideran un ser puro al que vale la pena proteger; es como intentar que nada dañe a un ser que está totalmente limpio del alma.
Gracias a esto, algunas personas han llegado a encontrar paralelismos con los niños. Si, esa etapa del ser humano en donde todavía puede presumir de inocencia, de poder ver el mundo con una mirada más limpia.
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¿Los perros tienen emociones como los niños?
Los estudios recientes realizados por la universidad de Sussex sugieren que llegan a procesar la información de una forma muy similar a como lo hacen los pequeños.
Uno puede llegar a pensar que solo pueden entender el tono de nuestra voz cuando intentamos comunicarnos con ellos; pero la realidad es que también pueden llegar a entender algunas palabras y seguir las órdenes.
Su cerebro trabaja muy similar al de un pequeño:
- El hemisferio izquierdo se encuentra procesando todo lo que son palabras y características de la voz.
- El hemisferio derecho se encontrará procesando idiomas y sonidos que le son desconocidos, para intentar interpretarlos.
Esto termina por ser muy similar a como los niños procesan la información cuando se encuentran aprendiendo.
Los niños poseen menos emociones por su edad.
No nacemos con todas las emociones que poseemos de adulto. En realidad, iremos aprendiendo más y más conforme crecemos.
Cuando somos unos niños, la cantidad de emociones que podemos llegar a tener es bastante más limitada. Tanto que durante ese tiempo, se considera que la cantidad de emociones es más o menos similar a la que tiene un canino.
Los perritos pueden llegar a experimentar emociones básicas, como son el ponerse contentos, ponerse celosos, ponerse tristes, etc…pero no podrán tener emociones mucho más complejas, son básicos.
Otro aspecto importante es como los perros pueden llegar a entender el impacto emocional de las palabras que se le dicen. Y que además, son capaces de seguir con la mirada a la persona que se comunica con ellos.
Esto quiere decir que pueden llegar a poner atención, que saben que se les está dando un mensaje. Esto puede permitir un vínculo muy fuerte entre el canino y la persona con la que se encuentra intercambiando información.
Pueden sentir nuestras emociones negativas.
Así como pueden llegar a entender lo positivo y bueno, ellos también pueden detectar cuando se encuentran frente a emociones negativas.
Los perros pueden llegar a saber cuando una persona no tiene buenas intenciones. ¿Te ha pasado que llega alguien a tu hogar, y tu perro no parece soportarlo para nada? Ladrándole sin parar, lleno de furia.
Es bastante probable que este animal haya logrado percibir una mala intención, una mala vibra de parte de esta persona. No lo soporta, por lo que termina por demostrar que repudio a la presencia de este individuo.
Y por otra parte, también pueden llegar a poseer emociones negativas ellos mismos. Ellos no solo se pueden entristecer, son capaces de caer en auténticos cuadros de depresión ante diversas situaciones.
De igual forma, ser muy celosos con sus amos. Por eso es importante que si vas a introducir un nuevo perro en la casa, lo hagas de una forma escalonada. Tu mascota podría ponerse muy celosa y atacar al nuevo animal.
Los perritos no tendrán la gama de emociones de una persona adulta, pero poseen muchas. Es por eso que se dice que sienten emociones como los niños, porque tienen algunos, son puros y transparentes con lo que sienten.