Si bien son muy conocidos gracias a los medios de comunicación, para la mayoría de personas ver tiburones y delfines no es algo que suceda todos los días. En general, solo los veremos en caso de asistir a algún tipo de paseo o atracción.
Y de antemano sabemos ya por cultura popular que los tiburones son uno de los principales depredadores del mar. Son carnívoros y por lo tanto, muchas especies de animales acuáticos terminan por huir de ellos.
Mientras que por su parte, los inteligentes delfines suelen ser más relacionados con seres pacíficos y bellos. Y que es más usual verlos en el papel de víctimas que ser victimarios de otros seres vivos.
Por eso se nos hace raro oír que los tiburones pueden llegar a temer a los delfines. No tiene ningún sentido para nosotros, ya que pensaríamos que es al revés. ¿Qué hay de cierto en todo esto?
¿Es verdad que los tiburones le tienen miedo a los delfines?
Hasta el momento, no existe un estudio detallado que hable porque sucede esto.
Pero los hechos indican que se han visto batallas en donde un tiburón podría terminar por atacar a los delfines, pero prefiere no hacerlo. Algo que causa confusión entre las personas, debido al tamaño y poder del selacio.
Esto se puede dar por diversas situaciones.
El delfín no es tan inofensivo como uno puede pensar. En realidad, son animales que pueden terminar por pelear ferozmente en caso de ser atacados. No se les suele ver así, ya que no son depredadores dedicados a la caza.
Pero en caso de peleas, pueden terminar por lanzar poderosos topes en los costados de los animales. Por lo tanto, en caso de ser atacado por un tiburón, es bastante probable que pelee en lugar de huir.
Si llega a darse el caso que el tiburón ataque a un grupo de delfines, puede optar por huir. Ya que la pelea contra varios de ellos es algo que difícilmente podría terminar por ganar.
Le temen a su inteligencia, por lo que pueden los delfines optar por estrategias que dejen confundido al tiburón. Este último no es considerado como un animal tonto, pero en comparación con el delfín queda por detrás.
Por lo tanto, pueden terminar siendo derrotados ante las estrategias que puedan terminar por aplicar los delfines para poder derrotarlos.
Y por último, el uso de pulsos de sonido. Estos pueden ser mayores a los 230 decibeles. Para conocer la magnitud de esto, debes saber que para la mayoría de seres vivos, con 180 puede romper tímpanos y 210 llegar a producir daños en los tejidos.
Un delfín enojado puede lanzar este pulso de forma muy cercana a los tiburones, causando graves daños. Tal vez por naturaleza prefieren alejarse, a sufrir el riesgo de padecer este ataque.
¿Le tienen miedo los tiburones a los delfines? No hay una respuesta definitiva. Pero sin duda, los selacios podrían optar en más de una ocasión de no atacar, ya que han demostrado que estos mamíferos acuáticos no son inofensivos.