El cerebro de un perro puede terminar por ser un tema muy interesante de ver. Los caninos tienen su propio funcionamiento, muy diferente al de los seres humanos. Y por eso, muchas de sus reacciones y actividades son un misterio para nosotros.
Es verdad que no es tan desarrollado como el de un ser humano. Pero tiene su propia complejidad e intentar conocerlos nos acercará un poco a poder responder preguntas sobre su comportamiento.
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¿Por qué estudiar el cerebro de un perro?
Cuando nos vamos de la casa, nuestro perro se llena de tristeza y desesperación. Y puede ser que volvamos dentro de 10 minutos, pero para él será una gran alegría. Tanta como si nos hubiéramos alejados por horas.
El cerebro de un perro es mucho más complejo de lo que puedes pensar. Y entender por completo como piensa un canino es una tarea imposible, pero existen muchos estudios que muestran que son más inteligentes de lo que puede parecer.
Vamos por partes, primero veamos el tamaño del cerebro del perro. Y una de las medidas más comunes es conocer como son las células, y en más concreto, revisar el número de neuronas que tiene el animal.
Aunque la explicación es algo simple, podemos decir que mientras más neuronas tenga un ser vivo, es probable su capacidad cognitiva sea mucho mayor. Por lo que vamos a comparar a un perro, un gato y un ser humano.
- Persona: 16,000 millones de neuronas
- Perro: 523 millones de neuronas
- Gato: 250 millones de neuronas.
Así a simple vista, podemos ver que la cantidad de neuronas que posee un ser humano es exponencialmente mayor. Pero comparado con otro animal que se considera listo, como es el gato, el canino dobla su capacidad potencial.
Los perros sufren, por tener cierta conciencia.
Aquí me gustaría tocar un apartado importante, que más gente debería tomar en cuenta: los perros, así como gatos, aves y otros seres, cuentan con algún tipo de estructura nerviosa. Pero los mamíferos poseen algunas de las más desarrolladas.
Es por eso que poseen cierto grado de conciencia, tal vez no para estar conscientes de sí mismos, pero sí de su existencia en su entorno. Y al ser más inteligentes de lo que pensamos, también son capaces de sufrir por sucesos a su alrededor.
Es por eso que cuando regañas fuertemente a un perro, le gritas, lo maltratas verbalmente, etc…ellos pueden llegar a caer incluso en depresión. Ya que pueden entender muchísimo más de su entorno de lo que puedes llegar a pensar.
Pueden extrañar a su amo, añorar su presencia. Sentirse felices también por los premios, por las caricias, porque le hablen cariñosamente por su nombre.
Y es lamentable que hoy en día, muchas personas no tomen en cuenta sus sentimientos. Que los tengan como si fueran un mueble más en la casa, al que basta con darle de comer y beber. Lo tienen en el patio abandonado, para cuidar la casa.
Pero no le dan el cariño que necesita. Como habrás notado, , el cerebro de un perro le permite procesar más de lo que puedes pensar.
¿Todos los cerebros de caninos son iguales?
Un dato adicional que vale la pena conocer es que incluso entre los mismos perros, existen muchas variaciones con respecto al potencial que posee su cerebro.
Un estudio realizado en Harvard, en el que se estudiaron la cantidad de 62 ejemplares de caninos de 33 razas diferentes, permitieron llegar a varias conclusiones.
Revisó que había variaciones importantes entre la cantidad de materia gris, la relación entre el tamaño del cerebro y cada una de las razas.
Y notaron como podías agrupar ciertas razas en grupos diferentes, que mostraban características comunes. Y dichas diferencias hacían que cada grupo de perros podía servir para actividades potencialmente diferentes.
En pocas palabras, gracias a su cerebro (junto con otros factores), hay algunos caninos que puedes utilizar como animales de protección, para guiar ciegos o incluso de policía, por lo listos que son. Mientras que otros, solo podían ser mascotas simpáticas en casa.
Estas características estructurales, junto con la cría propia que el humano causaba, son gran parte culpables del comportamiento del animal. El cerebro de un perro es fascinante y todavía quedan muchos misterios por descubrir.